El Señor es mi luz y mi salvación.

"Una cosa he demandado al Señor,esta buscaré;que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida;para contemplar la hermosura del Señor y para buscarlo en su Templo". (Smo.27:4)

jueves, 26 de abril de 2012

Cada día.

Cada día, hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día siguiente.

Cada día,  pensemos que es el primero, para vivirlo con sorpresa;  y el último,  para aprovecharlo como nuestra última oportunidad.

Cada día,  busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz a algún otro.

Sembremos una semilla de cuyos frutos podamos vivir al día siguiente.


Renovemos nuestro corazón de tal manera que no quede amargura alguna para el   día siguiente.

No guardemos  nuestras sonrisas de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si hemos sonreído hoy.

El día de mañana


El mundo gira al rededor de planes y proyectos para el futuro, lo cual es ideal para quien pretende ser un conquistador y realizar sus sueños.

 Sin embargo planificar metas no se debe confundir con vivir afanados por el porvenir, cuando nadie sabe lo que puede ocurrir mañana. Además, en el afán de la vida se cambia lo malo por lo peor.




Santiago 4:14 dice: “Pues ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece”.


 Entrega lo mejor de ti en todo lo que haces.
Depende de Dios para lograr tu objetivo.
Vive cada momento como si fuera el único.
Entrega el día de mañana en las manos de Dios.

El abejorro.

¡Los científicos dicen que no puede ocurrir! ¡Es imposible! La teoría de la aerodinámica es muy clara. Los abejorros no pueden volar.Se debe a que el tamaño, peso y forma del cuerpo no es proporcional al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámicamente,hace imposible que pueda volar. Es demasiado pesado, ancho y largo para volar con alas tan pequeñas.

Sin embargo, el abejorro no sabe todos esos datos científicos y vuela.
Dios creó lo creó y le enseñó a volar. Obviamente que el abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica. Él, simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba haciendo. Él, simplemente, voló. No se preguntó si Dios lo amaba, al darle esas alas tan pequeñas. Él, simplemente, voló.

Para Dios nada es imposible:

Cuando Dios nos creó, nos equipó para la vida que tenemos por delante. Dios sabe los planes que tiene para nuestra vida. Como nos ama, nos prometió estar con nosotros, enseñarnos, guiarnos, ser nuestra roca. Todo lo que tenemos que hacer es confiar y obedecer.

Dios no está limitado por nuestra comprensión de cómo suceden las cosas. Sólo porque no vemos algo, no significa que no sea real. La fe es, verdaderamente, la sustancia de las cosas que no se ven. A veces, la vida es inexplicable y sucede lo imposible. No siempre podemos explicar las cosas. Y el hecho de que no entendamos cómo se hace algo, no significa que el Dios Todopoderoso no pueda hacerlo.

“ Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)